lunes, 24 de mayo de 2010

Laura: Psicóloga Directora de Sicodanza y Sicodrama.

A mí la sicodanza me ayudó a liberarme, fue un proceso de flexibilización del cuerpo, que me ayudó a romper barreras, a dejar la rigidéz y abrirme en todos los sentidos. Siento que a partir de la apertura corporal, se produjo en mí una apertura también emocional y mental. La sicodanza me ayudó a expresar y dejar fluir las emociones, y a partir de ahí me liberé y me encontré más conmigo misma.

También es un espacio que me permitió volver a jugar, a sentir la niña que llevo dentro y a recuperar la inocencia y el placer de jugar por jugar, y a disfrutar al máximo de esos momentos que habitulamente no tienen lugar en la vida de un adulto.

Otra cosa que despertó en mí la sicodanza, es el placer del tacto, de las caricias, del amor, del abrazo, del contacto con otros que me hicieron sentir que no estoy sola, que hay un grupo que me respalda y ayuda, aún en momentos difíciles, me sentí acunada, contenida, sentí la presencia de los otros en toda su plenitud.

Supongo que si sigo escribiendo seguirán saliendo cosas, la sicodanza es un espacio mágico donde todo es posible, y si conseguimos abrirnos nos brinda una innumerable cantidad de experiencias y sensaciones.

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